5 ene 2013
Y2, casita de madera a orillas del Danubio
y aunque a todos nos venga a la mente la típica cabaña con porche la propuesta del estudio de arquitectura Destilat poco tiene que ver con esa imagen. Sin embargo han sabido rescatar lo mejor de los sistemas constructivos tradicionales y llevarlos a otro nivel, alcanzando un tipo de arquitectura sostenible y eficiente que hace un extenso uso de materiales ecológicos y beneficiosos.
La vivienda situada en Austria, al pie de la montaña Pöstlingberg, se posa sobre una pendiente escarpada.
Cada planta se adapta a su respectiva colocación en la pendiente, y el orden convencional de las áreas públicas y privadas cambia totalmente. La casa se estructura de arriba a abajo.
La residencia se divide en dos similares volúmenes esbeltos de madera de alerce; el "edificio residencial" y el "edificio para dormir".
Los residentes acceden por la parte superior del primer volumen de tres plantas, donde una escalera de roble los conduce a la sala de estar de planta abierta situada debajo. Desde aquí los dos volúmenes se conectan mediante un pasadizo enterrado no visible desde el exterior. De este modo ambas estructuras se posicionan a lo largo de la linea de pendiente dejando que la energía de esta fluya entre las dos de forma natural.
Las dos partes presentan cubiertas asimétricas que crean alturas de techos irregulares y espacios de doble altura en las estancias interiores. La geometría de las cubiertas imita a la inclinación del terreno haciendo que el edificio parezca más bajo e integrándolo mejor en el entorno.
Así mismo la esbeltez de los dos volúmenes del edificio incrementa el efecto del espacio intermedio creado y genera una sólida relación entre los dos.
En lo referente a la construcción y los materiales la vivienda se apoya sobre losas de hormigón armado que descansan directamente sobre la pendiente. Desde ellas nacen los muros de carga de hormigón, que se extienden solamente hasta la superficie del terreno. Todos los muros de cerramiento que son visibles han sido construidos íntegramente en madera, al igual que las cubiertas.
La construcción sostenible con materiales "saludables" fue premisa inicial para el cliente. Así los elementos de madera se aislaron con fibras de cáñamo, material totalmente renovable. Las caras internas de los muros exteriores fueron cubiertas mediante tablas ligeras de fibras aislantes naturales y enlucidas con arcilla, usando un revestimiento de arena coloreada sustituyendo las pinturas tradicionales.
Para el acabado exterior se optó por madera de alerce de la zona. La fachada ventilada con sus tablillas posicionadas verticalmente y las carpinterías de distintos tamaños y grosores constituyen elementos clave para el aspecto distintivo del edificio. Las tablillas de alerce y las carpinterías fueron cortadas con sierras de banda y secadas y posteriormente lijadas en el exterior. Este procedimiento reduce las partes blandas en la madera y asegura que se oscurezca homogéneamente. Así mismo el interior de las carpinterías fue tratado mediante aceites evitando los tóxicos barnices.
Los revestimientos de corcho y cemento pulido se alternan en la pavimentación de las distintas áreas.
Por otro lado, los sistemas de ventilación y calefacción fueron pensados para alcanzar un gasto energético mínimo, y conjuntamente con la envolvente de la casa logran unos niveles de eficiencia energética superiores.
Como curiosidad, el árbol que tuvo que ser cortado para la construcción del edificio fue recuperado, secándose y eliminando su corteza, y actualmente es un poste estructural que aparece en la entrada de la vivienda, como testigo verdadero del uso extenso de la madera en la construcción de la misma.
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